Por: Irene Indriago
La situación tan crítica en Venezuela, su cada vez más profundo deterioro y la búsqueda permanente por sobrevivir tratando de cubrir las necesidades básicas, han hecho que pase de migración planificada a una “huída”, que conlleva uso de los medios más económicos para salir de Venezuela, incluyendo caminar hasta el país de destino, y con ello, el desprendimiento de sus bienes materiales y la separación de sus afectos más importantes.
Luego de la travesía por carreteras y paso por diferentes controles migratorios vienen en un proceso que he llamado de la “Ilusión a la Decepción”, en esa búsqueda de obtener apenas llegan al país destino, nuevas opciones para mejorar su calidad de vida. Casi sin recursos económicos y con esperanzas de encontrar vivienda y trabajo de manera casi inmediata, para ayudar a su familia en Venezuela.
Al llegar, caen las expectativas e inicia el camino de duelos ante lo que se deja, lo que no tienen en el presente y la añoranza de sus afectos.
- El dolor de la separación de sus familiares y en la angustia de conocer las
condiciones en las cuales se quedaron en Venezuela. - – Vivir en el nuevo país, en muchas ocasiones, en condiciones materiales menos favorables, de las que tenían en Venezuela.
- Angustia por haber dejado a hijos al cuidado de otros familiares e ir
perdiendo su crecimiento. - Dejar a un lado sus logros pasados y comenzar nuevamente una vida.
Sus esperanzas y expectativas se mueven en un mar de incertidumbre que van socavando su fortaleza mental y emocional. Solo aquellos que vienen con un claro objetivo y la fe fortalecida, podrán superar en menor tiempo estas circunstancias.
Lidiar con su tristeza, frustración, incertidumbre y dolor es el terreno diario de sus luchas, requiere de apoyo y acogida desde la garantía de los derechos humanos.
Irene Indriago Castillo
Psicóloga Clínica y Cognitiva
Coach Organizacional Internacional
Una venezolana viviendo en Perú.
Contactos:Instagram y Twitter: @psicoirenecoach