Trabajaba como conductor de transporte público y cometió una infracción por tratar de recoger más pasajeros fuera del lugar autorizado .
Un ciudadano venezolano fue condenado a tres años de prisión en Lima por sobornar a un oficial de policía con S./20 (cerca de $5).
El extranjero identificado por las autoridades como Eduardo J.C., trabajaba como conductor de transporte público y cometió una infracción por tratar de recoger más pasajeros fuera del lugar autorizado. Esto ocurrió dentro en una de las vías rápidas más transitadas de la capital peruana.
Eduardo cubría la ruta entre los distritos de Villa María del Triunfo – San Martin de Porres (Sureste y norte) e ingresó cerca de las 8:00 de la mañana al paradero (parada de autobús) de Puente Alipio. Al salir de allí, se detuvo metros más adelante para recoger más pasajeros.
En Lima los buses de transporte público tienen prohibido embarcar o desembarcar usuarios fuera de las paradas de bus. El ser capturado en fragancia supone una multa de 8% de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), es decir S./368 ($100).
De acuerdo con La Fiscalía Provincial Transitoria Especializada en Delitos de Corrupción de Lima Sur, Eduardo, al entregar los documentos solicitados por un oficial de la Policía de Tránsito, colocó un billete de S/. 20.00 entre los papeles. Esto motivó su intervención inmediata y pasó en calidad de detenido.
La condena
Un juez lo condenó a tres años y cuatro meses de pena privativa de libertad suspendida. Se le otorgó un año de evaluación para considerar luego el cumplimiento de la pena. Es decir, Eduardo no pasará a prisión pero dependerá de sus reglas de conducta. El venezolanos podría cumplir la condena en 12 meses.
De acuerdo con la ley peruana esto se debe principalmente porque no tenía antecedentes penales, no era reincidente habitual y la pena es menor a 4 años. Sin embargo, tendrá que pagar una reparación civil de S/.1 000, más el monto la multa.
En Perú, la conducción de unidades de transporte público, taxis y mototaxis (moto tuk tuk) es uno de los trabajos al que han acudido buena parte de la migración venezolana en Lima y otras ciudades de este país.