Violencia de género, la otra cara de la pandemia de COVID- 19

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En lo que va de cuarentena, hasta ahora se han registrado 12 feminicidios y 226 violaciones,  de las que lamentablemente 132 casos son menores de edad.


Tras decretarse la cuarentena hace más de 70 días y con unas cifras de coronavirus que ya se acerca a las 150 mil casos, tanto los ciudadanos como los medios de comunicación se han abocado a informar sobre esto, sin embargo, hay otras noticias que son preocupantes.

Según la Organización Mundial de la Salud una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de sus parejas, familiares o terceros.

Perú no ha sido la excepción, el confinamiento, la impaciencia y los celos han sido causa de golpes, acosos y ataques verbales que han dejado  12 casos de feminicidios y 226 violaciones de las que lamentablemente 132 casos son menores de edad.

Con esta realidad queda evidenciado como en el hogar es donde se producen la mayor cantidad de casos, incluso propinado por los
mismos familiares de las víctimas.

A consecuencia de esta problemática, el Gobierno peruano a finales de abril emitió el decreto legislativo Nº 1470 para brindar medidas de protección a las mujeres que han sufrido o sufren actualmente de violencia de género, donde se adoptaron medidas tales como: prohibición del acercamiento a la víctima a un metraje establecido, prohibición de todo tipo de comunicación con la afectada, ni por redes sociales ni correo electrónico ni vía telefónica, restricción de visitas a los hijos que tenga en común y retiro inmediato del agresor del domicilio.

Por su parte, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables decidió crear el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e integrantes del grupo Familiar – (AURORA), el cual viene a reforzar el decreto de protección que emitió el gobierno y a brindar soporte a las mujeres en situación de violencia. Desde este programa se pudo reforzar la línea 100 la cual ha reportado hasta ahora más de 32 mil atenciones vía telefónica y mil 800 vía chat. Asimismo, desde este programa se ha podido brindar hogares temporales a aquellas mujeres que han tenido que forzadamente dejar sus hogares.

Para apoyar con esta problemática el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó la campaña denominada Mascarilla Violeta, incitando a que ciudadanos, lideres sociales, políticos, periodistas, entre otros puedan sumarse y llevar el mensaje de «No Estás Sola», logrando que esto sea símbolo de protección ante el coronavirus y con el color que ha representado la solidaridad, lucha y compromiso contra la violencia machista a lo largo de estos años.

Opinión: Las arenas movedizas de la migración venezolana

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Por: Irene Indriago

La situación tan crítica en Venezuela, su cada vez más profundo deterioro y la búsqueda permanente por sobrevivir tratando de cubrir las necesidades básicas, han hecho que pase de migración planificada a una “huída”, que conlleva uso de los medios más económicos para salir de Venezuela, incluyendo caminar hasta el  país de destino, y con ello, el desprendimiento de sus bienes materiales y la  separación de sus afectos más importantes.

Luego de la travesía por carreteras y paso por diferentes controles migratorios vienen en un proceso que he llamado de la “Ilusión a la Decepción”, en esa búsqueda de obtener apenas llegan al país destino, nuevas opciones para mejorar su calidad de vida. Casi sin recursos económicos y con esperanzas de encontrar vivienda y trabajo de manera casi inmediata, para ayudar a su familia en Venezuela.

Al llegar, caen las expectativas e inicia el camino de duelos ante lo que se deja, lo que no tienen en el presente y la añoranza de sus afectos.

  •  El dolor de la separación de sus familiares y en la angustia de conocer las
    condiciones en las cuales se quedaron en Venezuela.
  • – Vivir en el nuevo país, en muchas ocasiones, en condiciones materiales menos favorables, de las que tenían en Venezuela.
  • Angustia por haber dejado a hijos al cuidado de otros familiares e ir
    perdiendo su crecimiento.
  • Dejar a un lado sus logros pasados y comenzar nuevamente una vida.

Sus esperanzas y expectativas se mueven en un mar de incertidumbre que van socavando su fortaleza mental y emocional. Solo aquellos que vienen con un claro objetivo y la fe fortalecida, podrán superar en menor tiempo estas circunstancias.

Lidiar con su tristeza, frustración, incertidumbre y dolor es el terreno diario de sus luchas, requiere de apoyo y acogida desde la garantía de los derechos humanos.

Irene Indriago Castillo
Psicóloga Clínica y Cognitiva
Coach Organizacional Internacional

Una venezolana viviendo en Perú.

Contactos:Instagram y Twitter: @psicoirenecoach