Cansados de esperar, así se sienten parte de los 480 mil venezolanos que aún no conocen el futuro de su situación migratoria en este país.
Este sábado 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado como una expresión de solidaridad, sensibilización y responsabilidad con todas las personas que han salido forzadamente de su país de origen en busca de una mejor vida. Esta fecha en 2020 es especial, porque el foco se ha centrado en la situación de los venezolanos en Perú y otros países.
La MIGRACIÓN se presenta como la única alternativa ante situaciones de desprotección humana absoluta.
De acuerdo con los censos migratorios, Perú es el principal país de acogida de venezolanos que solicitan la condición de refugiados, y el segundo país con más ingresos después de Colombia. Hasta la fecha más de 862.000 migrantes han llegado al Perú y más de 482.500 esperan por obtener su refugio.
El Gobierno de Perú a través de sus organismos designados puso a disposición de los migrantes venezolanos dos opciones para regularizar su calidad migratoria desde el año 2017. La primera es la adquisición del PTP (permiso temporal de permanencia) la cual es manejada por la Superintendencia Nacional de Migraciones, o la solicitud de refugio político, comandada por la Comisión Especial para los Refugiados de la cancillería peruana.
Todo iba bien para la regularización de venezolanos hasta que la cantidad de migrantes aumentó de manera veloz y la sensación de inseguridad en la sociedad peruana lo cambió todo. El Gobierno estableció una de las restricciones más duras contra la comunidad venezolana, la cual afectó a aquellos que querían venir al Perú luego de octubre del 2018.
Ningún venezolano que entrara en el territorio después de esa fecha podía optar al PTP, por lo que el refugio se convirtió en su última opción para regularizar su situación y poder soñar con tener trabajo estable, acceso a la educación, salud y a cualquier otro servicio.
En el 2019 la Comisión Especial para los Refugiados de la cancillería recibió más de 164 mil solicitudes de venezolanos. Sin embargo, se habían aprobado apenas 400. Es decir, el 0,24%.
En la actualidad es común que en los círculos de familias o amistades venezolanas dentro de Perú, alguien se encuentre esperando para acudir a la cita que inicia el proceso para obtener el refugio, o está a la espera para recibir lo que será el carnet.
Pero, para colmo de males, apareció la epidemia del Covid-19 en el Perú, y el estado de emergencia retrasó aún más todo. Hay quienes obtuvieron el documento, otros quedaron esperando, pero hay muchos que ni la cita pudieron concretar.
Patricio Rubio, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional para los refugiados en Perú dijo que no sólo el Coronavirus retrasó todo, también el cierre de las oficinas en Lima, específicamente en Aramburú con Paseo de la República.
«El proceso iba muy bien a inicios de 2020, y se tenía como meta emitir 1000 carnets de refugio por día (…) nos dimos el gusto de casi cumplir ese reto, hasta que llegó la desagradable situación del cierre de nuestras oficinas (…) teníamos un promedio de 500 solicitudes al día en Lima y había trabajo en otras 12 sedes en el Perú, pero se tuvo que cerrar», contó Rubio en una conferencia virtual ofrecida en el Lugar de la Memoria, La tolerancia y la Inclusión Social.
Rubio comentó que se había encontrado otra sede gracias a la ayuda de Acnur. «Estaba lista para recibir el martes 17 de marzo a todos los solicitantes con una casetas preciosas» y agilizar el proceso, pero el 16 marzo de declara el Estado de emergencia.
Un carnet que no es lo que parece
Esto puso mucho más en el limbo a los solicitantes, no sólo porque no habían completado el proceso sino que tener un carnet de refugio no representa su tranquilidad.
Este es un documento con muchos inconvenientes a la hora de adquirir algún servicio en el Perú. No es aceptado por instituciones públicas y privadas, pese a que los entes digan lo contrario, y como su nombre lo dice, sólo identifica al venezolano como que está haciendo un trámite que aún no ha finalizado.
Así lo explica Félix Roque, un venezolano quien ingresó a Perú el mes de mayo del 2019, y actualmente cuenta con este documento.
“Cuando uno va a sacar su carnet, allí está un papel donde se informa a los usuarios que el documento garantiza derecho al trabajo, permite abrir una cuenta bancaria y gestionar la licencia de conducir, sin embargo, cuando uno se dirige al banco te exigen un PTP, para trabajar en empresas siempre te piden PTP. Al carnet muy pocos lo toman en cuenta. Sirve es para comprobar que de alguna manera estamos de forma legal”, comenta.
De igual manera Giselis Silveira, quien sacó su cita para obtener su carnet y está fechada para el año 2022. «Me indicaron que las fechas se iban a reformar pero con todo el tema del Covid-19 sólo me queda esperar con la incertidumbre de lo que pueda pasar, si las autoridades me piden algún documento, yo sólo tengo es una constancia», nos dice.
Muchas personas se encuentran en la misma situación, quizá hasta peor. Se conocen casos de migrantes que no tienen ni la cita y sólo cuentan con la cédula de identidad venezolana, un documento criticado por la facilidad para falsificarse.
Pese a todo a esto, personas como Roque y Giselis son parte de una gran mayoría que se encuentran sumando de forma positiva con trabajo dentro de este país.
Perú comparte con otros Estados de las Américas la obligación de proteger a las personas que han huido de Venezuela. La mayoría de las que huyen son refugiadas y tienen derecho a protección internacional, ya sea en virtud de la Convención mundial sobre el Estatuto de los Refugiados, o de la Declaración de Cartagena, que es de ámbito regional.
La regularización es inminente
Marina Navarro, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en el Perú considera necesario que el Gobierno impulse un plan de regularización inmediata para esos 480 mil venezolanos, que es casi la mitad de los que viven en este país actualmente.
«Perú ha tenido una política muy generosa, pero esto no le exime de su responsabilidad como país (…) todas esas personas venezolanas deben ser beneficiadas en un plan de regularización, una regularización creativa, las fórmulas existen (…) y esto beneficiará al país de acogida», sostiene Navarro,
El mismo Patricio Rubio apoya que este debe ser el próximo paso debido a la cantidad de personas esperan por una aprobación de refugio que no la van a obtener tan fácil.
Esta condición de refugiado en Perú sólo se le da a la persona que realmente haya salido de Venezuela por razones políticas y bajo una amenaza real a sus derechos humanos.
Fuentes internas de la comisión, informaron a Rostros Venezolanos que la gran mayoría dentro de sus testimonios no coinciden con lo que se requiere, pero por órdenes les han pedido que ningún caso sea rechazado.