Kirguistán es una nación exsoviética ubicada en Asia central que se independizó en 1991 y hoy vive una crisis política luego de unas polémicas elecciones legislativas.
La oposición, dividida en 12 grupos, ha desconocido este martes los resultados de los comicios luego que no consiguieran ocupar escaño en el Parlamento por no alcanzar más del 7% de los votos requeridos. Mientras que dos partidos con vínculos estrechos con el presidente, Sooronbai Jeenbekov, lograron la mitad de todos los votos.
Este resultado generó violentas protestas que terminaron en una irrupción en el Congreso y enfrentamientos con la Policía en los alrededores.
Los manifestantes, que acusan a los partidos oficialistas de comprar votos, también liberaron a figuras de la oposición detenidas, incluido el ex presidente de Kirguistán, Almazbek Atambayev, que estaba detenido en un centro de prisión preventiva cercano.
Un muerto y varios heridos dejaron los disturbios que obligaron a las autoridades electorales a resolver la anulación de lo comicios.
El presidente Jeenbekov acusó a las «fuerzas políticas» de intentar tomar el poder ilegalmente.
En este país dos presidentes han salido por presiones populares. Askar Akáyevich Akáyev en 2005, y en 2010 expulsaron a Kurmanbek Bakiyev.